En una pensión alemana
~~~
Ninguna de las dos colecciones me ha impresionado, aunque son interesantes y en la segunda, más lograda, hay un par de cuentos que sí lo han hecho. Puede que para disfrutar de verdad de estos relatos de actividades cotidianas haya que tener conocimientos literarios superiores a los míos, de andar por casa, o un mayor aprecio por las sutilezas argumentales.
- En una pensión alemana - 6.
Relatos irónicos que critican ideas asociadas a las mujeres y costumbres supuestamente alemanas de la época o muestran una forma de ser contrapuesta a ellas. Varios tienen como protagonista a una inglesa moderna rodeada de alemanes atrasados censurando su modo de vida y a su país; en otros, pese a tener personajes distintos, el tema es similar, y todos parecen ser parcialmente autobiográficos. Son entretenidos, no me ha disgustado ninguno y «Frau Fischer», «Frau Brechenmacher asiste a una boda» y «La niña que se sentía cansada» me han parecido buenos, pero en general no me entusiasman. Aparte de los mencionados, los demás los calificaría como sugestivos, excepto el primero y los tres últimos, más bien corrientes.
- Algo infantil y otros cuentos - 6.
En esta ocasión los relatos no comparten escenario ni ambientación, y dos destacan y se pueden catalogar como deliciosos, quizá por contraste: «Algo infantil pero muy natural» y «La gorra negra». El primero es sobre el amor entre dos jóvenes y los distintos temores de él, más maduro, y los de ella, más inocente; tiene un curioso desenlace, además. El segundo es gracioso y trata aspectos de la vida en pareja, las ansias de novedad, la comodidad de la costumbre, la incomprensión... y la importancia de los pequeños detalles.
El resto de cuentos me han resultado sugestivos, dos incluso buenos siendo generoso («Millie», con un buen final ambiguo, y «En las altas horas de la noche») y solo tres corrientes («Cómo secuestraron a Pearl Button», «Juegos infantiles» y «Esta flor»). A pesar de estar tal vez mejor escritos que los anteriores, no se me quita la impresión de estar leyendo anécdotas, unas más de mi agrado que otras.
- En una pensión alemana - 6.
Relatos irónicos que critican ideas asociadas a las mujeres y costumbres supuestamente alemanas de la época o muestran una forma de ser contrapuesta a ellas. Varios tienen como protagonista a una inglesa moderna rodeada de alemanes atrasados censurando su modo de vida y a su país; en otros, pese a tener personajes distintos, el tema es similar, y todos parecen ser parcialmente autobiográficos. Son entretenidos, no me ha disgustado ninguno y «Frau Fischer», «Frau Brechenmacher asiste a una boda» y «La niña que se sentía cansada» me han parecido buenos, pero en general no me entusiasman. Aparte de los mencionados, los demás los calificaría como sugestivos, excepto el primero y los tres últimos, más bien corrientes.
- Algo infantil y otros cuentos - 6.
En esta ocasión los relatos no comparten escenario ni ambientación, y dos destacan y se pueden catalogar como deliciosos, quizá por contraste: «Algo infantil pero muy natural» y «La gorra negra». El primero es sobre el amor entre dos jóvenes y los distintos temores de él, más maduro, y los de ella, más inocente; tiene un curioso desenlace, además. El segundo es gracioso y trata aspectos de la vida en pareja, las ansias de novedad, la comodidad de la costumbre, la incomprensión... y la importancia de los pequeños detalles.
El resto de cuentos me han resultado sugestivos, dos incluso buenos siendo generoso («Millie», con un buen final ambiguo, y «En las altas horas de la noche») y solo tres corrientes («Cómo secuestraron a Pearl Button», «Juegos infantiles» y «Esta flor»). A pesar de estar tal vez mejor escritos que los anteriores, no se me quita la impresión de estar leyendo anécdotas, unas más de mi agrado que otras.