Cada corazón, un umbral



  • Leído en: 2018.
  • Título original: Every Heart a Doorway.
  • Escritor: Seanan McGuire.
  • Género: Fantasía, intriga.
  • Año de publicación: 2016.
  • Serie: Niños descarriados I.
  • Sinopsis: Deslizándose entre las sombras bajo la cama, o a través de un armario, o por madrigueras de conejos... los niños siempre han sabido acceder a mundos mágicos. Pero ¿qué ocurre cuando regresan y no consiguen adaptarse y no son aceptados por sus familias? Eleanor West tiene un internado que acoge a estos niños que quieren volver a su mundo de fantasía. Pero con la llegada de Nancy, algo cambia en el internado, y pronto tendrán que enfrentarse a una tragedia por sí mismos.


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    Que los protagonistas sean adolescentes y haya aspectos propios de los «libros para jóvenes» me escamaba, pero se disfruta igualmente por los que ya vamos pensando en la jubilación. El argumento es muy bueno, tiene bastante humor negro, una conseguida atmósfera de fantasía oscura con detalles macabros y es intrigante. Los mundos paralelos, su clasificación, cómo se abren las puertas y para quién, las consecuencias de entrar en ellas... está todo narrado con imaginación. Además, los personajes son uno de los puntos fuertes de la historia, y quedan muy naturales las distintas orientaciones sexuales e identidades de género de varios de ellos, sobre todo porque no son ni las únicas ni las más importantes características que los definen. La trama detectivesca por el contrario es más bien simple, y algunas cosillas, mejorables, pero en general el libro me ha gustado mucho (incluyendo la cubierta) y leeré las continuaciones según las vayan traduciendo. Por cierto: me ha recordado un poco a Coraline, tal vez porque ambas me parecen recreaciones con un tono más tétrico de cuentos clásicos protagonizados por zagales.


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    [No sigas si no has leído el libro:
    a partir de aquí desvelo el argumento]

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    Aunque no esté catalogado dentro de ese invento del young adult anglosajón (literatura «juvenil» de toda la vida), a veces he tenido la impresión de que se narra excesivamente desde el punto de vista de los protagonistas y eso perjudica la coherencia de ciertas situaciones, como por ejemplo cuando mueren dos alumnos y no se llena el internado de policías ni suspenden las clases indefinidamente. Claro que al ser una novela corta no se desarrolla el trasfondo como en una «completa», y quizá perdería agilidad de haberla ampliado.