Mares tenebrosos



  • Leído en: 2020.
  • Escritor: VV.AA.
  • Género: Terror.
  • Año de publicación: 2004.
  • Sinopsis: El mar siempre ha sido un enclave propicio para la aventura, la exploración, lo desconocido, las grandes hazañas y también, por qué no decirlo, para el horror. No es extraño encontrar en muchos viejos mapas de mares y costas, en todas las lenguas y culturas, la enigmática expresión que nos advierte: «más allá hay monstruos». La antología que nos ocupa está preñada de salitre, de mareas, de mástiles y velas desplegadas al viento, y de hombres, de personajes que afrontan el mar con desafío, con cobardía, con indiferencia o sorpresa, y también con horror. Mares tenebrosos es una antología que reúne veinte relatos de terror ambientados en el mar. La selección, a cargo de José María Nebreda (que también se ha ocupado de la traducción y las notas biográficas), ha procurado ser lo más variada posible: hay cuentos que se desarrollan en la costa, cerca del mar; otros en las islas desconocidas y desiertas; en las cantinas portuarias, llenas de viejos lobos de mar que narran extrañas historias; en un faro perdido entre los escollos, a decenas de kilómetros del continente; en un barco fantasma que no sabe que lo es; en otro que ha visto un espectro y siente un pánico paralizante; vagabundearemos sin rumbo, enloquecidos, en medio de la bruma más espesa e impenetrable; incluso viajaremos tierra adentro, a un pueblecito alejado del mar por una gran distancia y que, sin embargo, alberga una de las más bellas historias fantásticas sobre el mar jamás escritas. No podían faltar en esta antología autores de la talla de W.H. Hodgson, gran maestro de este peculiar género, H.P. Lovecraft o Robert E. Howard. También se han incluido autores menos conocidos por el aficionado español como John Masefield, James Anley, William Outerson, Frank Norris, Michel Bernanos y Jack Cady, autor norteamericano recientemente fallecido.


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    Las historias marítimas no me atraen más que las terrestres, las aéreas, las espaciales o las multidimensionales solo por la presencia del agua salada, y quizá por eso, al perderme el principal encanto de un libro destinado a amantes del océano, la selección de relatos me ha resultado un tanto pobre (que no mala), en especial para considerarse «de terror». La edición está cuidada y tiene comentarios sobre cada escritor y cuento, unas poesías al inicio para dar ambiente, una llamativa cubierta y un glosario de términos náuticos con dibujitos, además de papel de calidad y la tapa dura típica de los Gótica; y entre la variedad, la cual se agradece, destacan los de Hodgson (cómo no), un homenaje a este, el de Hanley y el de Snow, y del resto sobresalen tres bastante decentes; los demás, aproximadamente la mitad del total, no me han terminado de convencer por una cosa u otra.


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    [No sigas si no has leído el libro:
    a partir de aquí desvelo el argumento]

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  • «La noche del océano», de Robert Barlow y H.P. Lovecraft - 5. Lento, largo y nada terrorífico. Todo me parece distante, y las insinuaciones de monstruos playeros (y el avistamiento de uno) tienen poca fuerza (se salvan de este mal algunas descripciones y la última frase). Tenía entendido que lo consideraban uno de los de Lovecraft mejor escritos (en realidad fue Barlow); a mí que me los den «peores» y con chicha, por favor.

  • «Niebla», de James Hanley - 8. Realista e intrigante. Así que el capitán «... tenía que obedecer a la niebla», el cabrón.

  • «Un barco maldito», de Joshua Snow - 9. Muy buen relato que me ha sorprendido por el humor, el ritmo y la coincidencia de los tripulantes... pobrecillos.

  • «Superstición», de Julio F. Guillén - 5. Anécdota que tal vez gane entre el resto de cuentos del protagonista; aquí casi sobraba.

  • «Demonios del mar», de William Hope Hodgson - 8. Menos logrado que el siguiente (y que «La nave abandonada», ya puestos), pero por la seductora atmósfera y mantener de ese modo la tensión de la amenaza, lo puedo poner casi casi a su altura. Ya me iba apeteciendo un Hodgson.

  • «Una voz en la noche», de William Hope Hodgson - 9. Cuanto más lo leo, más me gusta.

  • «La isla de los hongos», de Philip M. Fisher - 4. Maluco, aunque se deja leer. Las comparaciones absurdas son involuntariamente graciosas, y no es lo único... el pulp no es lo mío, por lo menos el cutre.

  • «Maldición marina», de Robert E. Howard - 5. Cuentecillo de brujas para mí superficial y sin nada reseñable.

  • «Desde las profundidades», de Robert E. Howard - 5. Mejor que el anterior, y sin embargo igual de intrascendente y poco lógico. Si todos los suyos son así, no entiendo qué le ven algunos a este autor.

  • «El misterio del Vislatek», de Óscar Sacristán - 5. Demasiadas incongruencias; y es una lástima, porque no aburre.

  • «Al otro lado de la montaña», de Michel Bernanos - 7. Merece la pena por el cambio de tercio a la mitad, las imágenes de algunos pasajes, ese implacable infierno minerovegetal y un toque a cuento antiguo que le sienta bien, y es entretenido. El resto es corriente (estilo, personajes, argumento) y hay cosas poco creíbles o exageradillas a cada momento, pero se aceptan sin esfuerzo. Vi que uno pensaba que la montaña podría ser Dios moribundo y es una buena tesis, la verdad...

  • «Anty Blight», de John Masefield - 5. Simplilla y corta historia de un muerto que vuelve a la vida.

  • «La llave de los tres esqueletos», de George G. Toudouze - 7. Fantasioso y ameno, me da que lo han traducido del inglés (Three Skeleton Key), y encima mal («llave» en vez de «cayo» o «arrecife»), en lugar de directamente del francés (La tour d'épouvante, que sería «La torre del terror» o algo así). Vaya con las ratas holandesas...

  • «Una deuda de marino», de Jack Cady - 6. Confuso y disperso, y también interesante.

  • «¡Hombre al agua!», de Vicente Blasco Ibáñez - 6. Chaval al agua más bien... No está mal, aunque terror, poco.

  • «Fuego en el brasero de la cocina», de William Outerson - 6. ¡Una de puntillitas!

  • «El barco que vio un fantasma», de Frank Norris - 6. Él nunca lo haría... Pobrecito, no tiene la culpa.

  • «El pecio de la muerte», de Simon Clark y John B. Ford - 8. Un homenaje a Hodgson bastante conseguido excepto quizá en el ambiente, no tan evocador, pero lo suple con una buena trama, dinámica y sin altibajos.

  • «El buque fantasma», de Richard Middleton - 7. Uno de humor costumbrista inglés, curioso y entretenido.