Trilogía del abismo
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La primera y la última son ejemplos de novelas clásicas de terror en el mar y tienen mucho en común, desde el entorno hasta una abundancia de términos náuticos que obliga a consultar a menudo el apéndice si no se está versado en el tema. La segunda, La casa en el confín de la Tierra, se desarrolla en tierra firme (más o menos) y es la que más me ha gustado, y no solo porque al conocer el significado de la mayoría de las palabras me haya centrado más en la historia, sino porque me parece las más original e interesante; de hecho, determina mi valoración global del libro. Las tres se leen con un añadido de curiosidad por conocer cómo era la literatura de terror en esa época y no gustarán demasiado a quien no se sienta atraído por eso o por el género mismo, ya que el ritmo es lento, los personajes, algo desdibujados y la escritura, tan solo correcta; si se tiene interés, se disfrutan mucho sus aciertos, como la ambientación, la sensación de aventura o el misterio sobrenatural.
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[No sigas si no has leído el libro:
a partir de aquí desvelo el argumento]
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- Los botes del Glenn Carrig - 7.
Novela sencilla, curiosa y amena. Me ha recordado a Las aventuras de Arthur Gordon Pym, y aunque el relato de Poe me parece mejor, no me gustó más (me defraudó un poquito; cosas de esperar la perfección recordando sus cuentos). La aventura es el eje del argumento, y a veces los momentos de «terror» dan la impresión de ser adornos del viaje, como por ejemplo el llegar a una isla donde tienen lugar hechos sobrenaturales y más tarde, después de la tormenta, a otro sitio con horrores distintos (¿lo terrorífico tiende a unirse en una región determinada y evoluciona separadamente?) o ese último ataque en masa al huir al final en el barco como si los monstruos pensaran «ahora o nunca». Otro aspecto negativo es el poco desarrollo de los personajes y la simplicidad de sus acciones, cada uno ajustándose a su rol (los marineros siempre obedeciendo al contramaestre, este ocupándose de pensar en todo, etc). Entre ellos destaca precisamente el contramaestre, un hombre decidido, inteligente, con amplios conocimientos y madera de líder; en ocasiones exageradamente perfecto pero sin convertirse en una caricatura involuntaria. El medio marino ayuda, y Hodgson se desenvuelve bien en él; además, algunas partes dejan buen recuerdo.
- La casa en el confín de la Tierra - 8.
Muy buena; solo por ella merece la pena el libro. Consigue crear, sobre todo al final, una gran atmósfera de intranquilidad, y da un poco de miedo a veces (por ejemplo, cuando el protagonista intenta no abrir la puerta de su estudio al horror de fuera). Dicen que influyó en Lovecraft, y se nota el porqué en esa recreación cósmica y esos seres deformes. Las criaturas de Hodgson no impresionan tanto y algunas situaciones no me han convencido del todo (como la teoría de los dos soles centrales del universo, la caprichosa preocupación del protagonista por su hermana o que sea testigo de todo y no lo maten antes), pero en general la novela funciona y da gusto leer cuentos de este tipo que no caigan bien en el ridículo, bien en la flipadura.
- Los piratas fantasmas - 7.
Se asemeja a la primera novela en el ambiente, bastante logrado, y la historia es un poquito más creíble. A pesar del estilo antiguo y algunas situaciones y actitudes de los personajes hoy en día casi absurdas (que no se cuenten nada unos a otros, por ejemplo), es una lectura clásica de terror marinero muy entretenida.