La historia de tu vida
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La historia de tu vida es considerada una de las mejores recopilaciones de relatos de ciencia ficción, aunque, como suele pasar al juntar varias obras, el resultado no es perfecto y unos cuentos son mejores que otros. En general, todos me parecen originales, inteligentes y bien escritos; ninguno destaca para mal y tampoco llegan a la perfección de un Borges o un Lem, con la excepción del que da nombre al libro.
A Ted Chiang lo comparan con Greg Egan por el fuerte componente científico de sus historias, las ideas novedosas y los toques filosóficos. Chiang es mejor escritor, y sus cuentos, más realistas y claros, quizá porque no se centra tanto en el transhumanismo (si bien disfruté algo más leyendo Axiomático, a pesar de ser más irregular). Imprescindibles para los aficionados al género, los de Chiang son los primeros que recomendaría a alguien inexperto en la ciencia ficción dura.
A Ted Chiang lo comparan con Greg Egan por el fuerte componente científico de sus historias, las ideas novedosas y los toques filosóficos. Chiang es mejor escritor, y sus cuentos, más realistas y claros, quizá porque no se centra tanto en el transhumanismo (si bien disfruté algo más leyendo Axiomático, a pesar de ser más irregular). Imprescindibles para los aficionados al género, los de Chiang son los primeros que recomendaría a alguien inexperto en la ciencia ficción dura.
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[No sigas si no has leído el libro:
a partir de aquí desvelo el argumento]
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De entre todos los relatos, La historia de tu vida, ganador del premio Nébula a la mejor novela corta, es el más logrado: una espléndida historia sobre el encuentro con una especie inteligente extraterrestre y la peculiar forma que tienen de comunicarse y de entender la física... y la realidad. Además del lenguaje, la ciencia y la especulación, hace reflexionar sobre temas morales.
A poca distancia, tres cuentos notables: La torre de Babilonia, una historia evocadora en un escenario histórico, casi a la altura del anterior y ganadora de un premio Nébula al mejor relato. ¿Te gusta lo que ves? (Documental), un relato más actual, con un final quizás tibio, sobre el culto a la belleza y cómo influye en la sociedad. Por último, Comprende es un cuento más clásico de ciencia ficción e intriga sobre humanos superiores al resto; termina de forma impactante, aunque con una idea un poco cogida por los pelos.
El Infierno es la ausencia de Dios y Dividido entre cero son otras dos buenas narraciones. La primera es muy buena, la verdad, no me extraña que ganara los premios Hugo y Nébula; tiene un planteamiento original, interesantes reflexiones sobre la religión y un final perfecto, pero fui incapaz de sumergirme del todo en ella, quizá porque no me puedo tomar al dios «típico» en serio ni siquiera en la ficción... La segunda tiene una estructura peculiar relacionada con las matemáticas, base del argumento, y es bastante curiosa (la traducción de ciertas palabras y expresiones me pareció desafortunada; en otras no tuve este problema).
Las dos restantes me han gustado menos: Setenta y dos letras, una historia de ciencia alternativa ingeniosa y algo densa que no me acabó de convencer porque encontré a los personajes poco creíbles, sobre todo al protagonista, y La evolución de la ciencia humana, una especie de artículo científico de tres páginas sobre una supuesta ciencia sobrehumana y cómo se enfrentan los científicos humanos a ella que me pareció conseguido e interesante pero anecdótico.
A poca distancia, tres cuentos notables: La torre de Babilonia, una historia evocadora en un escenario histórico, casi a la altura del anterior y ganadora de un premio Nébula al mejor relato. ¿Te gusta lo que ves? (Documental), un relato más actual, con un final quizás tibio, sobre el culto a la belleza y cómo influye en la sociedad. Por último, Comprende es un cuento más clásico de ciencia ficción e intriga sobre humanos superiores al resto; termina de forma impactante, aunque con una idea un poco cogida por los pelos.
El Infierno es la ausencia de Dios y Dividido entre cero son otras dos buenas narraciones. La primera es muy buena, la verdad, no me extraña que ganara los premios Hugo y Nébula; tiene un planteamiento original, interesantes reflexiones sobre la religión y un final perfecto, pero fui incapaz de sumergirme del todo en ella, quizá porque no me puedo tomar al dios «típico» en serio ni siquiera en la ficción... La segunda tiene una estructura peculiar relacionada con las matemáticas, base del argumento, y es bastante curiosa (la traducción de ciertas palabras y expresiones me pareció desafortunada; en otras no tuve este problema).
Las dos restantes me han gustado menos: Setenta y dos letras, una historia de ciencia alternativa ingeniosa y algo densa que no me acabó de convencer porque encontré a los personajes poco creíbles, sobre todo al protagonista, y La evolución de la ciencia humana, una especie de artículo científico de tres páginas sobre una supuesta ciencia sobrehumana y cómo se enfrentan los científicos humanos a ella que me pareció conseguido e interesante pero anecdótico.