Trilogía de Fundación



  • Leído en: 2021, antiguamente.
  • Títulos originales: Foundation, Foundation and Empire y Second Foundation.
  • Escritor: Isaac Asimov.
  • Género: Ciencia ficción.
  • Años de publicación: 1951, 1952 y 1953.
  • Serie: Fundación I, II y III.
  • Sinopsis: El Imperio Galáctico se derrumbaba. Su caída era inexorable, pero tan lenta como extenso el Imperio. Habría pasado desapercibida de no ser por un hombre, Hari Seldon, que supo adelantarse al futuro: mediante la ciencia de la psicohistoria, calculó que al Imperio le sucederían treinta mil años de barbarie. Para acortar el interregno, Seldon estableció dos Fundaciones en extremos opuestos de la Galaxia que constituirían la semilla de un nuevo Imperio Galáctico, el cual, gracias al plan de Seldon, surgiría tan sólo mil años después de la caída del anterior.


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    De joven, las tres novelas de la Fundación me gustaron mucho, o esa impresión tenía, porque al poco tiempo me olvidé de la trama y solo las recordaba como una mezcla de algo impresionante y capítulos a veces curiosos y otras menos: no me dejó más huella que la idea genial de la psicohistoria. Leídas de nuevo en un único volumen, ni siquiera eso es para tanto, y los defectos que no vi o le perdoné en su día no los puedo pasar por alto hoy: un estilo mecánico, abundancia de diálogos explicativos y artificiales, personajes planos e intercambiables, un argumento con potencial que se queda a medio camino, una exaltación risible de la ciencia de la época, gracietas y actitudes rancias de la supuesta edad de oro del género, y poca profundidad pese a algún momento de brillantez (acaba uno harto de tanto trasto atómico superchachi, de quejas por los impuestos y de señores fumando puros, por ejemplo).

    Algunos libros de ciencia ficción tienen un problema con el tiempo: las extrapolaciones científicas se vuelven normalmente improbables, absurdas o son superadas por la realidad. Si están bien escritos y tienen otros alicientes o no se centran tanto en ellas, no suele importar, pero cuando no es el caso la historia deviene ridícula y hasta molesta. Aquí se da ligeramente este fenómeno, ya que aunque la psicohistoria se puede aceptar haciendo un esfuerzo, los acontecimientos que esta predice y las situaciones que se van dando parecen más profecías de un mesías divino que resultados de una ciencia real, y me chirría ese énfasis en las acciones de los individuos y en si son personas excepcionales o inútiles cuando en teoría son irrelevantes para el plan. Y el resto, como digo, no es para tirar cohetes; o al menos la ejecución, porque los planteamientos, en cambio, son bastante buenos y hay pasajes logrados.

    En general, me ha parecido una lectura entretenida, sobre todo desde la segunda parte de Fundación e Imperio. Como clásico de ciencia ficción lo veo algo pobre, muy inferior a obras como Las estrellas, mi destino o, del mismo Asimov, Los propios dioses, y no lo considero imprescindible a pesar de su importancia histórica y haber sido tan influyente. Tiene un pase, eso sí.


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    [No sigas si no has leído el libro:
    a partir de aquí desvelo el argumento]

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    - Fundación - 6

    Compuesta por relatos cortos, anacrónicos, atómicos y dispersos, con facciones unidimensionales y maniqueas (el líder fundacional de turno, listísimo; el de los malos y sus compañeros, por debajo de la media), en esta primera novela destaca el argumento y la premisa cienciaficcionera, aunque me da que el plan depende demasiado de esos jefes inteligentes cuando se supone que es una ciencia (exacta, ¿eh?, mira lo de la calculadora) basada en el comportamiento de la sociedad como conjunto...

    Como curiosidad, la primera mujer que sale es para que la adornen y se entusiasme mirándose al espejo; la segunda, para hacer chistes de la esposa insufrible.


    - Fundación e Imperio - 6

    Más cohesionada argumentalmente que la anterior, y más irregular en cuanto al interés que suscita, comienza muy normalita (lo guay ya lo conocemos) y sería del montón si no estuviera la segunda parte con el Mulo controlando al personal y dándole para el pelo a la Fundación.

    Cansan las conversaciones excesivas (a veces chorras), que se necesiten líderes pero no, el pánico a los impuestos, que solo se use el veinte por ciento de la mente... y el hecho de que en el futuro deje de haber gente que sepa construir cosas buenas porque sí: ¿no hay libros ni universidades ni vídeos (quizá esto es excesivamente moderno para el año 12000 y pico) ni nada que alguien pueda usar para aprender?, ¿de repente todos se vuelven subnormales y lo nuevo es de peor calidad sin remedio? Pfff... No me parece creíble ese atontonamiento generalizado de una galaxia entera: que no haya manuales de instrucciones antiguos que alguien pueda usar es absurdo (como que Hari Seldon fuera el último psicohistoriador de verdad, por cierto).

    Tema mujeril: al viejo del principio le van a visitar los caballeros para poder ligarse a damiselas poco dispuestas (me parto, ¿eh?); la primera mención a una mujer específica es porque su marido le dio una neverita que le regaló uno y va de lujo (seguro que era atómica); y nada más salir otra (Batya, una protagonista), el marido la manda a hacer la cena... menos mal que más adelante se fuma un purazo con los hombres para asombro de los nativos (feminismo del bueno, claro). Sí, los cincuenta del siglo pasado no eran la panacea para ellas.


    - Segunda Fundación - 6

    Mejora en cuanto a facilidad de lectura y ritmo, pero la trama tiene menos trascendencia y los diálogos artificiales para explicar las cosas me cansan cada vez más. Los truquitos argumentales no me han disgustado, y esa cría entre graciosa y repelente da pie a los únicos momentos de verdad cómicos de la trilogía (y no me refiero a los chistes malos a su costa). Como novela de entretenimiento, es mi preferida de las tres.