Como la vida misma
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Al principio me fue complicado imaginar lo que sucedería de hacerse realidad la premisa del argumento; más tarde me di cuenta de la dificultad de asimilarlo y lo vi más claro, aunque siempre me pareció cogido por los pelos y poco motivo para lo que sucede en la novela, la cual, por cierto, no se centra en la ciencia ficción, sino en la vida de la protagonista y en sus problemas (y en los de otra gente). Pasan muchas cosas y se tocan multitud de temas (feminismo, género, relaciones personales, ambiente académico, etc.) con un estilo intimista y lento y un uso frecuente de diálogos interiores de unos personajes con la mayoría de los cuales es difícil empatizar de primeras, por muy racionales y simples (Anna Senoz), por demasiado complejos y absurdos (Ramone Holyrod) o por otras peculiaridades, lo cual puede llegar a ser cargante (y en mi caso, así ocurrió en ocasiones). No obstante, es un libro interesante a pesar de sus defectos, está bien escrito y el dramático viaje acaba siendo satisfactorio para aquellos capaces de soportarlo.