El instante Aleph
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De lo mejor que he leído del Egan aparte de sus relatos, con una construcción de personajes bastante decente, una historia entretenida y un argumento de veras científico, verosímil y, también, difícil de seguir cuando le da por explicar los temas en profundidad. Como es habitual, algunas cosas no terminan de funcionar (la sociedad resulta artificial, sobre todo en sus reacciones a los avances científicos y en cuanto a política; los críticos con la ciencia parecen meras caricaturas usadas como diana de los ataques del escritor; el estilo es muy normalito, sin alardes ni variedad y con escenas demasiado solemnes e impostadas, etc.), pero en general la novela es satisfactoria y está llena de especulaciones molonas. El autor es de los más gratificantes dentro de la ciencia ficción «dura» si se le perdonan sus defectos, y aquí destaca en ese ámbito y me confirma que no solo es interesante en distancias cortas. Ah, el comienzo tiene una escena buenísima que podría por sí sola ser un cuento de terror; entre lo más logrado del libro para mí y lo que más recuerdo de él... quizá por su sencillez en comparación con otras partes.
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[No sigas si no has leído el libro:
a partir de aquí desvelo el argumento]
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Comienza muy bien, pero va de más a menos y termina con un final precipitado que no me ha impresionado pese a la magnitud de lo planteado. La asunción de que completar la Teoría del Todo afectaría al universo me ha rechinado durante toda la lectura y, a pesar de la verborrea del Egan justificándola, la inmediata comprensión del cosmos por la humanidad me parece una patriciada, más de fantasía que del subgénero literario de la obra. Aunque esto no tiene por qué ser malo, en este contexto, con una base tan científica, ha sido un poco frustrante.