Fahrenheit 451
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Lo leí conociendo el final «gracias» a un amigo, y aun así me pareció interesante, sobre todo la primera parte, aunque fallido. El sentimiento y la poesía de Crónicas marcianas no los he encontrado aquí; hay diálogos y metáforas bastante forzados, y el mundo y los personajes son poco creíbles. La niña, Clarisse McClellan, es el único de veras carismático y lo mejor del libro junto con el argumento, y este hasta cierto punto, porque varios sermones e ideas suenan hoy muy anticuados. Quizá me influya compararlo con las «Crónicas», leídas recientemente y mucho mejores, pero no logro quitarme de encima la sensación de que, a pesar de no haberme aburrido y tener pasajes curiosos, la novela está desaprovechada. En inglés debe mejorar, porque la traducción es malilla y la base de la trama no tiene fuerza en castellano: un «bombero» prendiendo fuego a los libros resulta ridículo y difícil de asumir incluso con un «quién quema el monte y quién lo apaga» en mente; sin embargo, un fireman con esa función sí te lo puedes creer... En resumen: un clásico menor, de pocas páginas y con un mensaje parcialmente aprovechable.