Némesis
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Esta serie de ocho libros la leí de joven y me gustó; sin embargo, ya entonces me pareció bastante inferior a la de El señor del tiempo, de la misma escritora (normal: esa me encantaba). La relectura ha estado bien y he recordado cosas de la primera vez. Además, la novela es corta, entretenida y se lee rápido; no es la típica de fantasía épica de repartir leña (el argumento sería propicio para ello en otras manos), sino que se centra en la aventura y en las reflexiones y los sentimientos de los personajes. Al terminarla, entran ganas de leer la siguiente a pesar de algunos problemillas, más notorios hoy que antaño, principalmente de tipo newagero.
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[No sigas si no has leído el libro:
a partir de aquí desvelo el argumento]
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Por ejemplo, las chorraditas de la Tierra, Nuestra Madre, tan buena ella que no aguanta lo que le hacen los malvados humanos y se los carga a todos porque no la escuchan (¡ejem!), que permite a Índigo abrir la caja y luego la protege a medias cuando le viene en gana... da un poco de repelús, la verdad, aunque no me ha chafado la lectura. Y la leyenda de una humanidad descendiente de Adán y Eva todavía podría darse en teoría; si los cambiamos por un solo hombre, por muy de las islas que sea... lo veo chungo (ni por partenogénesis).
Lo más flojo ha sido el enfrentamiento final con una desdibujada Némesis, mal narrado en mi opinión, y que Índigo no sepa hacer nada y Grimya le saque las castañas del fuego; peor aún, y espero que no sea la tónica en los siguientes libros, que lo consiga por casualidad (y así y todo, para el Emisario lo ha hecho bien... ufff).
Y la protagonista es una princesita y hay reyes y la costumbre y todo eso, pero hace daño a la vista leer gilipolleces como «Era alta y delgada, elegante como un joven sauce; hacía honor a su sangre real». Por suerte no son muchas.
Lo más flojo ha sido el enfrentamiento final con una desdibujada Némesis, mal narrado en mi opinión, y que Índigo no sepa hacer nada y Grimya le saque las castañas del fuego; peor aún, y espero que no sea la tónica en los siguientes libros, que lo consiga por casualidad (y así y todo, para el Emisario lo ha hecho bien... ufff).
Y la protagonista es una princesita y hay reyes y la costumbre y todo eso, pero hace daño a la vista leer gilipolleces como «Era alta y delgada, elegante como un joven sauce; hacía honor a su sangre real». Por suerte no son muchas.