Un mundo vacío
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El cuarto libro juvenil de John Christopher del año y el que menos me ha gustado: aunque está bien escrito, toca temas profundos, es ágil y entretenido y, hasta aproximadamente dos tercios, muy bueno, la última parte no me ha convencido* y, sin ser mala, afea un poco el conjunto. Seguiremos con otros.
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[No sigas si no has leído el libro:
a partir de aquí desvelo el argumento]
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*: En los Trípodes sentí que faltaban, pero, la verdad, para meter personajes femeninos como aquí... mejor que no lo haga. Y no solo por los tópicos machistas de otra era, sino porque el argumento resulta tedioso cuando el protagonista (insufrible a ratos pese a su habitual racionalidad, por cierto; me recuerda al Will de esa trilogía en lo de no dejar en paz a la gente o querer arreglar las diferencias a golpes, entre otras tonterías) se erige en macho protector egoísta sin medias tintas enfrentándose a (pfff) una puta loca desquiciada, cateta y masculina, totalmente diferente a «su» queridísima Lucy que, oye, no es como se la había imaginado, pero se enamoran igual los dos rapidito y mira tú qué bien.