Horrorstör
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Ha sido como leer una película de miedo estadounidense de esas «sin pretensiones», entretenida, con toques de humor y que resulta mejor o peor según te dejes llevar o no (yo me dejé hasta terminarla). Solo por unos momentos con mucha tensión y la segunda mitad, le perdono el estilo normalito, los personajes un poco estúpidos, la trama dispersa, las coincidencias, las situaciones inverosímiles y todos esos clichés del terror quizá más cinematográfico en el que parece inspirarse; y me ha hecho gracia en ocasiones. Trabajar en un sitio así debe ser horrible, sí; mierda de capitalismo.
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[No sigas si no has leído el libro:
a partir de aquí desvelo el argumento]
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Aunque me lo he pasado bien, da la impresión de que los agujeros argumentales se dejan a propósito o por desidia: ¿Dónde están los cientos de penitentes cuando Amy sale del armario? ¿Por qué se cargan al alcaide después de la charla motivacional y sin embargo continúan con sus movidas? ¿Cómo piensan hacerles frente los dos protagonistas cuando vuelvan a pasar la noche en la tienda, esta vez de bebés? ¿Los móviles reciben mensajes de auxilio y supuestamente no saben la identidad del remitente y al final Matt envía uno (con lo cual es absurdo lo anterior) pero no acepta llamadas? Y mil heridas, sustitos, manos que te agarran desde los lados de un pasillo, montones de ratas, «vamos a separarnos para cubrir más terreno», Amy logra salir y en lugar de buscar ayuda entra de nuevo... Igual es una parodia o un homenaje a las cutradas de esos filmes «de género», pero no hay un guiño medianamente claro.