Leído en: 2021.
Escritor: H.P. Lovecraft.
Género: Terror, fantasía, ciencia ficción.
Año de publicación: 2005 (obras: entre 1927 y 1937).
Sinopsis: En esta segunda y última entrega de la narrativa completa de Lovecraft, el lector encontrará los relatos escritos entre 1927 y 1937, década fecunda en la que HPL, además de enriquecer sus espantosos Mitos de Cthulhu con cuentos como La sombra sobre Innsmouth, El horror de Dunwich, El ser del umbral o El asiduo de las tinieblas, alumbra sus dos únicas novelas: El caso de Charles Dexter Ward y En las montañas de la locura. Este volumen completa el periplo interior que Lovecraft emprendió a lo más profundo de sí mismo, a las regiones más subterráneas y sombrías de la psique.
~~~
No tiene apenas desperdicio este tomo con las obras postreras de Lovecraft: once relatos, tres novelas cortas y dos novelas consideradas como tales por los editores aunque casi tan breves como las otras (de hecho, muchos solo meten en este saco a «El caso de Charles Dexter Ward» y porque cumple justita el criterio moderno del número de palabras). Muy por encima del
anterior, solo falla en circunstancias humorísticas o cercanas al ciclo onírico, y estas se compensan con la introducción, las notas y la edición en sí, que le vuelven a dar un plus de calidad y de interés para los curiosos. Entre los dieciséis títulos están los más conocidos (excepto el que se llevaría la palma, «La llamada de Cthulhu», que aparece en el primer volumen) y varios de mis preferidos: «El color del espacio exterior», «El horror de Dunwich», «En las montañas de la locura» y «La sombra sobre Innsmouth». Puro horror cósmico.
Iä!, Shub-Niggurath! La Cabra de los Mil Cabritos.
~~~
[No sigas si no has leído el libro:
a partir de aquí desvelo el argumento]
~~~
«El caso de Charles Dexter Ward» - 8. Notable novela con aroma detectivesco, llena de referencias personales de Lovecraft y con un último tercio dinámico y escalofriante después de la lenta preparación.
«El color del espacio exterior» - 9. De lo más logrado del autor. Me encanta la atmósfera, y las descripciones del meteorito y sus rarezas no suenan a chiste como en otras ocasiones. El terror de los espacios entre las estrellas viene de visita y le sienta bien ser ajeno a la humanidad, en lugar de mítico, y estar contado como testimonio doble.
«Gente muy antigua» - 7. Vaya con los pamplonicas de la época romana... Entretenido el sueño este, y no habla ni de toros ni de vinos.
«Historia del Necronomicón» - 7. Curiosidad casi con menos texto que sus notas (la última, una gracia valdemariana que queda bien).
«Ibid» - 4. Flojillo, como de aficionado. No le salen las comedias al pobre.
«El horror de Dunwich» - 9. Una de las mejores historias del Lovecraft, entre el horror cósmico y el folklore y con lo que más se espera de él: eruditos investigadores, libros prohibidos, seres monstruosos de otros mundos, depravación y locura. Hay otras más logradas, pero esta es de las más arquetípicas.
«El que susurra en la oscuridad» - 7. Primera novela corta y otro acierto, aunque con matices: no me termina de pegar con la mitología lovecraftiana que los monstruos esos se relacionen con los humanos del modo en que lo hacen... prefiero la indiferencia o el majestuoso desdén de otras veces; además, quizá por eso, la trama no es tan coherente como me gustaría y deja un regusto agridulce. Menos mal que es divertida y tiene pasajes logrados, una interesante amalgama de terror y leyendas locales y una idea que influenciará a los guionistas de Futurama.
«En las montañas de la locura» - 9. Siempre recuerdo esta novela con una sensación de maravilla atenuada por el sinnúmero de descripciones y el ritmo lento que posee, y he vuelto a comprobar que no me engaño (y en esta ocasión me he esforzado por hacer conversiones al sistema métrico: habré batido mi propio récord, solo he flaqueado cerca del final). No llega a la perfección, pero es la quintaesencia de las historias aventureras del escritor y una de mis favoritas de toda la vida. Según el día, le puedo perdonar sus defectillos o no; hoy estoy generoso.
«La sombra sobre Innsmouth» - 9. Novela corta con un ambiente inquietante y tensión conseguida, otra de mis preferidas. Seguramente la Caitlín se inspiraría en ella para su igualmente maravillosa «Casas bajo el mar».
«Los sueños en la casa de la bruja» - 8. Estos sueños sí, Lovecraft. Ha estado bien la mezcla de brujería y especulación sobre física moderna. Además, una calle se llama Saltonstall, como el pintor en que se inspira La joven ahogada (y es la segunda vez, y seguida, que me acuerdo de su escritora leyendo este libro).
«A través de las puertas de la llave de plata» - 6. Tiene partes farragosas y una trama juvenil dispersa y a ratos increíble. Por lo menos nombra los sueñecitos sin meterse en ellos y no aburre. La imagen del Carter abandonando el planeta ese mientras «el edificio de metal desde el que había partido se había desmoronado hacía siglos» es resultona; podría haber más del estilo.
«El ser del umbral» - 8. Las imperfecciones (desmayos y autoengaños absurdos, un exceso de alusiones a los Mitos, la justificación del argumento) no importan mucho frente a la atmósfera y la resolución. Por cierto: otra vez Saltonstall...
«El clérigo malvado» - 5. Como sueño no está mal; como relato... pasable.
«El libro» - 5. Posible intento inacabado de pasar a prosa el poema «Fungi from Yuggoth», según dicen. Como el precedente, innecesario, si bien resulta menos forzado.
«La sombra de otro tiempo» - 8. Esta útima novela corta de Lovecraft, de lo más ambiciosa, con reminiscencias de «En las montañas de la locura» y de las usurpaciones de cuerpos de «El ser del umbral» o «El caso de Charles Dexter Ward», tiene un trasfondo rico, cohesión narrativa y una extensión justa. No es el culmen de su obra literaria, pero queda cerca y he disfrutado bastante con su combinación de terror y ciencia ficción arcaica. Eso sí: por más que pueda estar removiéndose en su tumba, tenía algo de razón su detractor acerca de esos seres que hacen ruiditos y controlan el viento (pfff...); y la sucesión temporal, el origen y naturaleza de las especies inteligentes, la acumulación de informes y todo el tinglado de la Gran Raza Aria rozan la inverosimilitud, si bien y gracias a los Primordiales no de una forma imposible de ignorar.
«El asiduo de las tinieblas» - 7. Uno de homenajes entre amigos para terminar, y tiene su aquel.