Las doncellas de óxido



  • Leído en: 2020.
  • Título original: The Rust Maidens.
  • Escritor: Gwendolyn Kiste.
  • Género: Fantasía, terror.
  • Año de publicación: 2018.
  • Sinopsis: Verano de 1980 en Cleveland, Ohio. Phoebe Shaw y su prima y mejor amiga, Jacqueline, acaban de graduarse en la escuela de secundaria en medio de un futuro del todo desalentador e incierto. Toda la ciudad está copada de fábricas abandonadas que pueblan el horizonte, y la sombra de una huelga sobrevuela la rutina que gobierna sus vidas... Pero nada de eso es equiparable a lo que está ocurriendo en su propio vecindario. Las chicas con las que Phoebe y Jacqueline han crecido están mutando. El pistoletazo de ese cambio lo dará el descubrimiento de unas oscuras huellas acuosas sobre la acera. Una a una, las jóvenes se van marchitando: sus uñas se transforman en cristales rotos, y sus huesos se convierten en metales oxidados que corrompen su carne. Nadie puede explicar qué es lo que pasa con las chicas de la calle Denton; nadie, salvo quizá ellas mismas.


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    Historia con diferentes lecturas y buenas intenciones, intrigante y con un deje a leyenda urbana más que a novela de terror. La noto un poco desenfocada y ni el estilo ni la protagonista me acaban de convencer, pero es entretenida y no deja mal recuerdo.


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    [No sigas si no has leído el libro:
    a partir de aquí desvelo el argumento]

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    No, no me cae bien Phoebe; y carecería de importancia si no fuera porque no me parece un personaje bien construido: el problema no es su narcisismo ni su manía de criticar a todo el mundo mientras intenta «ayudar» y se hace la víctima, sino la nula diferencia entre sus dieciocho años y los cuarenta y muchos, lo cual da otro sentido a sus frases solemnes y fatalistas y a su comportamiento de adolescente y la vuelve demasiado insulsa para sustentar el peso de la novela. Leer constantemente afirmaciones como «No debería hacer eso, pero lo haré» subraya esa cuestión. Y, en cuanto al misterio cuya resolución se posterga tanto tiempo, tampoco veo tan traumático que abriera la puerta para dejar irse a las doncellas de óxido... ¿no se habría sentido peor de no haberlo hecho?, ¿no dice mil veces que lo único que quiere es proteger a su queridísima Jacqueline? Y esto entronca con el argumento, el cual se desarrolla de forma poco realista, y con la metáfora, regulera a pesar de la buena idea de la enfermedad de las chicas y su potente imagen mental. Para terminar, la edición en castellano, muy cuidada en lo «visual» y accesorio, con dibujos y demás, no coloca los diálogos en líneas aparte, sino que (supongo) mantiene su posición en el texto según el original en inglés, y en muchas ocasiones van en medio de los párrafos del narrador... esto, junto con varias erratas (entre ellas la ausencia de la raya inicial en algunas conversaciones) y un par de traducciones literales, distrae de la lectura. Una pena, porque la propuesta me gusta y el libro tiene sus aciertos.