Perdida
~~~
Muy entretenido y con una trama enrevesada llena de sorpresas. La primera parte me gustó mucho: sí, hay clichés, preocupaciones absurdas de pijos modernos, moralismo estadounidense y va despacito, pero la historia está bien tejida. La segunda empieza bastante bien y luego va perdiendo fuelle, con altibajos, hasta el desenlace. Si se deja uno llevar en ciertos aspectos que a mí terminaron saturándome, puede resultar una lectura muy satisfactoria.
~~~
[No sigas si no has leído el libro:
a partir de aquí desvelo el argumento]
~~~
El giro de guion, más o menos esperable, de descubrir a la Amy mala es el primer «no me jodas... venga, vale» destacable; y no me importó, porque le daba otro enfoque a la intriga y el ritmo seguía alto. Pero a partir de ahí, poco a poco, esos momentos de leer algo chocante o incoherente y aceptarlo acabaron minando el argumento y la credibilidad de los personajes. Amy, la psicópata superpreparada y puntillosa, de golpe es tonta. Su amigo ricachón es otro tarado mental... y también tonto. Y así pasa con todo, con mención especial para Nick, el sacrificado padre... tonto. Ahí ya estaba acostumbrado y lo dejé en mera muleta para que la escritora pudiera seguir por donde iba, como siempre, y no me molestó tanto como otro subterfugio anterior que casi hizo que aparcara el libro un tiempo: Amy quiere volver con su marido cuando lo ve por la tele. Que sí, que es una loca inteligentísima y al final todo está justificado, pero en ese momento pasé definitivamente de disfrutar de la novela a solo querer ver cómo estaba hilada sin creerme en general lo que sucede; y la tercera parte hace aguas si no entras en el juego de la autora, demasiado rocambolesca y exagerada. Por cierto, ¿«Go»?, amos anda...