Spin



  • Leído en: 2021.
  • Título original: Spin.
  • Escritor: Robert Charles Wilson.
  • Género: Ciencia ficción.
  • Año de publicación: 2005.
  • Sinopsis: Tres adolescentes, los gemelos Diane y Jason Lawton y su mejor amigo, Tyler Dupree, contemplan las estrellas cuando, de repente, éstas se apagan. Ha nacido el Spin, un peculiar escudo alrededor del planeta, de origen y objetivo desconocidos.


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    ¿El mejor autor contemporáneo de ciencia ficción? Joder, Stephen, ya me has metido miedo... A ver.

    Ufff, buenísima la premisa del «Spin», me encanta. Y estos primeros capítulos tienen cada sorpresa... ¿Librazo? Tiene pinta. Además, los personajes y la trama principal (o secundaria, según se mire) no son superficiales ni de cartón piedra, si acaso un poco típicos, y el estilo... es llevadero; ni esquemático ni demasiado florido ni muy técnico ni simplón ni enrevesado ni... ni nada de nada; ¿competente, con oficio, que da la talla? Qué más da: sigue contándome cosas curiosas y yo no me quejo. Aunque ese narrador insulso y aficionado a soportar monólogos informativos del resto de la gente mientras intercala breves frases interrogativas de acompañamiento no me parece una elección muy acertada para contar esto, ¿eh?, y su obsesión resulta cansina... igual que la historia, hombre: ¿por qué espacias tanto las maravillas y te enredas en un drama apocalíptico creíble pero manido y mil veces menos interesante? ¡Eh, otro fogonazo! Y luego una ristra de lugares comunes. Mmm.... ¿Va a ser así hasta el final? ¡Espera, no! O sí... Sí. Bueno, no está mal, pero podría haber sido la hostia.

    (Ya sabía yo que no me tenía que fiar del gusto de alguien que odia El resplandor de Kubrick).


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    [No sigas si no has leído el libro:
    a partir de aquí desvelo el argumento]

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    Con una promesa inicial inferior, o la mitad de páginas, no me habría desilusionado tanto cómo se desarrolla y termina la novela, ya que de hecho no hay mucho para echarle en cara al escritor, nada horrible (solo no aprovechar completamente el potencial de la idea del «Spin» y favorecer lo trillado), y es una lectura entretenida. Sin embargo, y aunque no llegue a aburrir, me dio muchísima pereza la narración de cómo se unen los dos hilos temporales (este hombre no conoce las elipsis); y que los Hipotéticos nos salven porque sí y nos dejen muchos planetas conectados para nuestro disfrute así por las buenas es una resolución facilona. Y para colmo, tenemos la inexistencia de algo atrevido u original aparte del «Spin»: motivaciones, política, psicología, deseos, sociedad... es todo corriente y moliente; se le agotaría el seso al Roberto Carlos este con la parte de ciencia ficción (y a mí la paciencia y la buena voluntad a la hora de calificar).