Harrow la Novena
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Este regreso a los nigromantes del espacio me ha decepcionado un poquito pese a su estupenda portada: además de tener una trama lenta, nada problemático de por sí, no es tan intrigante, las gracias de la escritora y sus truquitos me han gustado menos, los protagonistas empeoran y no deslumbra con su originalidad al ser una segunda parte. Por otro lado, la Tamsyn esta sabe escribir y jugar a las adivinanzas con el lector, aunque yo no me las tome muy en serio, y se agradece que no haya repetido la fórmula y mantenga una historia y un mundo interesantes (de hecho, la novela ha sido entretenida, sobre todo cerca del final). Seguiré con la serie cuando se pueda, a ver si recupera la emoción.
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[No sigas si no has leído el libro:
a partir de aquí desvelo el argumento]
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Harrow (¿Harry?, venga, no me jodas...) pierde personalidad a espuertas y no es tan interesante como Gideon... y a pesar de que esta última sea bienvenida, chirría el cambio de tono cuando nos revela que es la narradora de los capítulos en segunda persona (no lo vi venir, la verdad, aunque tampoco le di muchas vueltas), y sus chistes mientras están en un momento crítico resultan a veces exagerados, en especial después de morderse la lengua durante el resto del libro. Lo del homenaje a La guerra de las galaxias vamos a dejarlo, como otros (demasiadas referencias populares para mí, varias absurdas) y como la idea de Harrowhark de juanquearse el cerebro para olvidar a Gideon, que no le pega ni con cola por mucho que sea la justificación del argumento. La versión extraña de la Morada Canaán donde los personajes se comportan de forma tan rara y no se sabe si es un universo alternativo o qué narices funciona al principio; con la reiteración, se vuelve algo aburrido a la espera de la revelación, tardía. Y el desenlace me atrae y al mismo tiempo me parece un tópico para crear expectación. En general, el concepto de la obra es bueno; la ejecución, por el contrario, tiene luces y sombras.