Leído en: 2021.
Título original: Night Shift.
Escritor: Stephen King.
Género: Terror, fantasía, ciencia ficción.
Año de publicación: 1978.
Sinopsis: «El umbral de la noche» nos transporta a un mundo de terrores imposibles pero que están ahí: a la vuelta de la esquina, en un maizal, en un pueblo abandonado, en una lavandería, debajo de la cama o tras la puerta de ese armario que ni siquiera rechina...
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El autor se las apaña para, como de costumbre, captar la atención del lector y hacerle pasar un rato bastante ameno. Falla en el estilo, corriente, y las tramas no son muy originales: parecen homenajes a los clásicos (los hay) o guiones de películas de miedo cutres (se han hecho algunas a partir de varios de estos cuentos, por cierto). De joven habría disfrutado más con él, antes de tener con qué comparar, o ganas de hacerlo, y cuando hubiera pasado por alto lo ridículo de muchas propuestas (aún lo hago con varias).
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[No sigas si no has leído el libro:
a partir de aquí desvelo el argumento]
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«Los misterios del gusano» - 7. Homenaje a Lovecraft, logrado pero carente de sorpresas para quien haya leído a este y con algunas cosillas cogidas por los pelos (que el protagonista tenga algún papel en la invocación solo por ser de la familia y sin tener ni idea de nada, esos parientes suyos muertos que intentan cogerlo como en la pelis malas de terror, el gusano gigante y su desaparición al quemar el libro...).
«El último turno» - 6. Ahora una rata enorme sin patas... Entretenido, aunque las bromitas y chulerías de machotes currando no me entusiasman.
«Marejada nocturna» - 5. Cuando se pone interesante, se acaba.
«Soy la puerta» - 6. La exploración espacial da risa, y ese terror de serie B... Por lo menos está bien contado; en eso no suele fallar el King.
«La trituradora» - 5. Uno de máquinas diabólicas. Cuesta entrar en la propuesta; una vez hecho, funciona hasta que se convierte en un Terminator XL.
«El coco» - 6. Tiene dos problemas: un personaje principal exageradamente rancio, y por tanto inverosímil, y un final absurdo.
«Materia gris» - 6. Demasiadas comparaciones y chascarrillos mediocres para mi gusto.
«Campo de batalla» - 7. Muy divertido este. ¿Brujería o IA?
«Camiones» - 3. Menudo patinazo. No puedo imaginarme una justificación coherente del argumento, y quizá por eso todo me parece una chorrada. Además, le sobran marcas y clichés (nada nuevo bajo el sol) y reflexiones filosóficas de baratillo.
«A veces vuelven» - 5. Buena ocurrencia la aparición de los abusones; lo de invocar demonios y cómo acaba... bah.
«La primavera de fresa» - 5. Poco convincente.
«La cornisa» - 7. Aunque podría haber terminado mejor (defecto que comparte con muchos otros), el cuento es intrigante y novedoso; sin rastro de lo sobrenatural, eso sí.
«El hombre de la cortadora de césped» - 3. Un tío contrata a otro para que le corte el césped y resulta que es un servidor del dios Pan y tiene un cortacésped mágico... pfff.
«Basta, S.A.» - 7. Una terapia alternativa de lo más eficaz.
«Sé lo que necesitas» - 5. Así que al final el pobre chaval es un pringado que está mal de la cabeza, enamorado desde niño, al que nadie hace caso y tiene el Necronomicon por ahí escondido... En fin. Es haber elementos sobrenaturales en la historia y chirriar un poco la cosa, como si fuera una parodia sin demasiada gracia.
«Los chicos del maíz» - 7. Al igual que el anterior, el desenlace terrorífico es poco creíble. Hasta ahí todo iba bien. Lástima que no se centrara en la locura religiosa y la guajería en lugar de meter uno de sus sustos macabros de sopetón y sin haberlo desarrollado lo suficiente.
«El último peldaño de la escalera» - 6. No me creo el drama.
«El hombre que amaba las flores» - 5. Nada especial; lo único que motiva la historia es llegar al golpe de efecto del asesinato, y no lo veo conseguido.
«Un trago de despedida» - 5. Lugares comunes a mansalva.
«La mujer de la habitación» - 6. Fallido pero curioso.